miércoles, 27 de enero de 2010

Te quiero Baby, te quiero y siempre te querré.

“Quisiera que me dijeras una y otra vez: te quiero baby, te quiero y siempre te querré, con esa lengua extranjera que me ablanda las piernas”

Escucho esta popular canción de Alejandra Guzmán mientras mis dedos juegan con mi vaso de cerveza. Me encuentro en una muy criolla peña limeña conocida como “Del Carajo”. No puedo evitar pensar en G al escuchar esta canción. G y su lengua extranjera que me ablanda las piernas.

No sé si ya lo he dicho, pero G es argentino.

Si, ya lo sé. ¡Argentino! Todo mundo me ha dicho lo mismo: ¡Argentino!

Por ello es que G puede ser todo lo cretino que quiere y no tener ningún remordimiento. ¡Porque es argentino!

“Vamos a hacer un ejercicio”, me dice J comprensivamente. “Dime 5 cosas objetivas que te gusten de G”.

“Veamos”, le respondo.

“Me gusta que sea un machista –aunque no lo acepte abiertamente-, que sea un macho a la antigua, un salvaje, un bruto, un bárbaro. Me gusta ese no sé qué en su mirada, como si se sintiera dueño del mundo. Me gusta esa capacidad suya para cambiar por un par de minutos esa pose de hombre inexorable y abrazarme cuando me siento morir. Me gusta la forma en que me mira, en que se enoja, en que me hace el amor. Me gusta cuando se engríe y se hace un niño. Y sobre todo, me gusta sentir que me necesita pero a la vez es él quién cuida de mi y no al revés”.

J se queda atónito. Al parecer estaba esperando que yo no supiera qué me gustaba de G.

“Estoy completamente sorprendido por la manera en que estás enamorada de G. Así no se puede. A –un muchacho con el que estoy saliendo- no tiene nada que hacer aquí. Es más, nadie tiene nada que hacer aquí. Si no fuera porque G es un cretino sin límites, sería tu Prince Charming”.

Me doy cuenta de todo lo que le he dicho y no puedo evitar llorar. Estoy perdida. No importa lo que haga, todos los caminos me llevarán a Roma, o en éste caso a G. Estoy total y completamente enamorada de G. Termine o me quede con él, sufriré. Ahora solo tengo que decidir entre estar con G y mantener mi –inexistente- dignidad.

No hace falta demasiada reflexión. Ya todos conocemos mi respuesta.

G, tu ganas. Será bajo tus condiciones.

No puedo vivir sin ti.

1 comentario:

Nada dijo...

vaya después de todo G ganó.
igual es triste ese amor que sientes por él, es como miserable a decir verdad.
en fin.. solo espero que logres algún día olvidarlo o dominarlo, que comprenda que sin ti para él no existe el mundo, que te quiera como lo mereces mujer.

Cuídate y suerte!!! n.n