Cuando tenía 13 años conocí a X y cómo ya les había contado mi papá no estuvo muy de acuerdo en nuestra relación. ¿Qué les puedo decir? Yo tenía 13 años y el casi 20, lo cual no es una diferencia muy grande de edades, el problema era que yo era en realidad una niña -en todo el sentido de la palabra- y el ya era un hombre -no tan hecho y derecho como hubiese deseado-. Yo estaba locamente enamorada de él y para mi la frase "es muy mayor para ti" sonaba escasa de sentido. Así que inicié mi noviazgo con X a escondidas de mis padres.
Uno podría pensar que eso de los noviazgos a escondidas son cosas de niños, sin embargo son más comunes de lo que solemos creer.
Muchas veces encontramos el amor en alguien que -por esas casualidades del destino que siempre me pasan a mi- no es para nosotros o simplemente lo encontramos cuando las circunstancias no son las óptimas. Entonces, o bien renunciamos a éste sentimiento hermoso que acabamos de encontrar -lo cual nos reservará un ticket de entrada al cielo, zona súper VIP- o bien nos enredamos a una relación pasional, excitante, prohibida e -inevitablemente- secreta.
Queda claro qué es lo que hago yo cuando me encuentro en ésta situación, ¿no?
Siempre guiada por la adrenalina, por las ganas de hacer lo que no debo, por mi instinto de niña traviesa, caprichosa y engreída, me decido por lo segundo.
Y es que hacer lo correcto no es algo que esté en mis genes, en mi forma de ser, en mí. Y es que hacer lo correcto es -simple y llanamente- aburrido. Como diría un buen amigo mío, es como chupar un clavo, como comer light, como hacerle caso a tu viejo, como preparar con tiempo una chamba o un examen... la verdadera adrenalina surge cuando somos transgresores, cuando hacemos lo políticamente incorrecto, cuando hacemos la chamba al último minuto, cuando tenemos que copiarnos para no jalar un curso...
He ahí la respuesta. No hacemos lo incorrecto porque no nos quede otro remedio sino porque nos gusta, porque no hay nada mejor que hacer lo que está mal, porque nos sentimos vivos.
Sin embargo, después de haberme involucrado en algunas relaciones secretas -y prohibidas-, puedo decir que al final -y sobre todo si te involucras demasiado- dejan un sabor amargo, un sabor a "te amo pero no lo suficiente", un sabor a "te extrañaré por siempre".
Por eso, mis queridos e inexistentes lectores, piénsenlo bien antes de iniciar un romance secreto -sobre todo si además es prohibido-, podrían comenzar pensando que se trata sólo de un juego y terminar involucrándose más de lo que planearon, más de lo que imaginaron, más de lo que debieron.
Hoy tengo ganas de sentirme viva. Hoy quiero salir al mundo y gritar que estoy enamorada aunque el hacerlo le vaya a ocasionar problemas al aludido -no te preocupes, no lo haré-.
Hoy quiero sentirme querida, amada. Hoy quiero que me mires a los ojos y me digas que te gusté desde el primer momento en que me viste. Hoy quiero que me digas que te parezco una mujer atractiva -aunque no sea cierto, miénteme-. Hoy quiero, aunque sea por dos segundos, que me tomes de la mano y me digas que te encanto. Hoy quiero sentir que estás tan loco por mí como yo lo estoy por ti. Hoy no te pido un beso, ni siquiera una caricia. Hoy te pido que me mientas y me hagas sentir la niña más feliz del mundo.
Uno podría pensar que eso de los noviazgos a escondidas son cosas de niños, sin embargo son más comunes de lo que solemos creer.
Muchas veces encontramos el amor en alguien que -por esas casualidades del destino que siempre me pasan a mi- no es para nosotros o simplemente lo encontramos cuando las circunstancias no son las óptimas. Entonces, o bien renunciamos a éste sentimiento hermoso que acabamos de encontrar -lo cual nos reservará un ticket de entrada al cielo, zona súper VIP- o bien nos enredamos a una relación pasional, excitante, prohibida e -inevitablemente- secreta.
Queda claro qué es lo que hago yo cuando me encuentro en ésta situación, ¿no?
Siempre guiada por la adrenalina, por las ganas de hacer lo que no debo, por mi instinto de niña traviesa, caprichosa y engreída, me decido por lo segundo.
Y es que hacer lo correcto no es algo que esté en mis genes, en mi forma de ser, en mí. Y es que hacer lo correcto es -simple y llanamente- aburrido. Como diría un buen amigo mío, es como chupar un clavo, como comer light, como hacerle caso a tu viejo, como preparar con tiempo una chamba o un examen... la verdadera adrenalina surge cuando somos transgresores, cuando hacemos lo políticamente incorrecto, cuando hacemos la chamba al último minuto, cuando tenemos que copiarnos para no jalar un curso...
He ahí la respuesta. No hacemos lo incorrecto porque no nos quede otro remedio sino porque nos gusta, porque no hay nada mejor que hacer lo que está mal, porque nos sentimos vivos.
Sin embargo, después de haberme involucrado en algunas relaciones secretas -y prohibidas-, puedo decir que al final -y sobre todo si te involucras demasiado- dejan un sabor amargo, un sabor a "te amo pero no lo suficiente", un sabor a "te extrañaré por siempre".
Por eso, mis queridos e inexistentes lectores, piénsenlo bien antes de iniciar un romance secreto -sobre todo si además es prohibido-, podrían comenzar pensando que se trata sólo de un juego y terminar involucrándose más de lo que planearon, más de lo que imaginaron, más de lo que debieron.
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Hoy tengo ganas de sentirme viva. Hoy quiero salir al mundo y gritar que estoy enamorada aunque el hacerlo le vaya a ocasionar problemas al aludido -no te preocupes, no lo haré-.
Hoy quiero sentirme querida, amada. Hoy quiero que me mires a los ojos y me digas que te gusté desde el primer momento en que me viste. Hoy quiero que me digas que te parezco una mujer atractiva -aunque no sea cierto, miénteme-. Hoy quiero, aunque sea por dos segundos, que me tomes de la mano y me digas que te encanto. Hoy quiero sentir que estás tan loco por mí como yo lo estoy por ti. Hoy no te pido un beso, ni siquiera una caricia. Hoy te pido que me mientas y me hagas sentir la niña más feliz del mundo.
3 comentarios:
Te comprendo. Me ha pasado y continua pasando los mismo. Somos muy confiados ? muy enamoradizos ? muy ingenuos?
Con tu edad multiplicada por cuatro soy aún un infeliz. No te quiero descorazonar.
Confía en ti misma, en tu cerebro y tu corazón. Suerte en la vida.
Quizás hoy, cuando ese alguien te mire, en sus ojos veas brillar el fuego que tu has encendido.
Quizás hoy, cuando ese alguien te hable, en sus palabras oigas vibrar la emoción que tu has producido.
Quizás hoy, cuando ese alguien te toque, en su piel sientas el calor del deseo que lo consume.
Y quizás entenderás que lo encantas, quizás entenderás que le quitas el sueño, quizás entenderás que podrías volverlo loco
Pero no puedes tenerlo. Y eso lo sabes.
quizas no entiendas o quizas es mejor no mostrar o quizas no se anime o quizas simplemente no pueda, decirte apasionadamente que a el le pasa lo mismo, o tal vez sea ese alguien sea un hipocrita que cree tener una Zona Super VIP, sin "poder" darse cuenta que la verdadera Zona Super VIP se encuentra estando a tu lado, pero hoy que leo esto puedo decirte que A MI TAMBIEN ME PASAN ESAS COSAS y que cuando estoy en esos cafe de Lima con alguien que no eres tu, solo quiero estar dos minutos y que soy un Boludo por no poder estar contigo en ese cafe , pero el tiempo pasa y se nos va la vida decia un Tango y esa vida te la estas llevando tu y para lindo podriamos festejarnos cada año el mismo dia, TE AMO no te sientas sola, me despido con un "CHAU", tu sabes que tiene dos significado "CHAU"
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