Creo que por fin estoy tranquila.
Creo que por fin encuentro algo de paz. Por fin estoy sola. Por fin puedo ser yo.
Estar sola no es tan malo como parece -como suele parecerme a mí-. Ahora que no tengo absolutamente a nadie conmigo -ni un "agarre" esporádico- empiezo a sentirme un poco más tranquila, un poco más serena, un poco menos "abzurdah".
L es ahora sólo un bonito recuerdo -está bien, algo tormentoso; pero un recuerdo al fin y al cabo-. L fue algo importante -léase: determinante- en mi vida, por lo que siempre lo recordaré con algo de amor -y algo de odio también.
En cuanto a A, somos amigos. A es un buen tipo y deseo lo mejor para él -qué frase para trillada-, aunque no puedo negar que quisiera que algún día me recuerde y le vengan ganas locas de darme un beso. A es un romance platónico. Un romance inconcretable. Un romance utópico. Empiezo a verlo como un amigo -si señores, sólo como un amigo- lo cual me tranquiliza enormemente. A es mi confidente. A es el extraño que me inspira la confianza suficiente como para revelarle mis pequeños e indecorosos secretos -my dirty little secrets, suena mejor en ingles-.
Llego al trabajo sonriendo después de varios días de llegar con lentes oscuros y, casi, no saludar a nadie. Saludo a todos con una sonrisa que llevaba al menos 5 días sin mostrar. Hoy todo parece ir bien. Hoy todo está bien.
Paso toda la mañana trabajando y aunque aún me molesta la incompetencia de la gente –léase funcionarios del poder judicial-, todo va de maravilla. Hoy sonrío al mundo y todo el más fácil. Hoy soluciono –usando algunas artimañas algo irregulares- un problema que parecía grande y ahora es sólo una nimiedad.
Es increíblemente curioso como el ánimo de las personas influye en su suerte. Yo solía no creer en la suerte, sin embargo hoy es mi día. Hoy todo me sale bien. Hoy todos son lindos conmigo y yo soy linda con todos. Hoy no estoy resaqueada. Hoy mis ojos no están hinchados sino perfectamente maquillados y –según el administrador del lugar donde trabajo- con un brillo natural. Hoy no apesto a licor ni me agota caminar de un lado a otro de la oficina. Hoy el almuerzo ha sido sumamente ameno y me he desentornillado de risa un par de veces. Hoy dije algunas tonterías e hice reír a un par de amigos. Hoy estoy satisfecha conmigo misma. Hoy estoy feliz –y, al parecer, el mundo está feliz conmigo-.
Hoy me encuentro, en una muy conocida notaria de lima, con un amigo al que no veía hace mucho tiempo. Nos saludamos efusivamente. Me pregunta cómo están mis papás, cómo va la universidad, cómo va el trabajo. Le hago casi las mismas preguntas y bromeamos recordando anécdotas de tiempos pasados. La plática se alarga algunos minutos hasta que me doy cuenta de que se me hace tarde. Le digo que fue genial verlo de nuevo y me contesta con una invitación a cenar. Intercambiamos números celulares y me despido.
Hoy voy a la oficina de mi jefe y me encuentro con su hijito de 2 años: Kevin, un precioso nene de cabellos castaños y ojos color del tiempo. Me saluda con beso en la mejilla y me derrito en el acto. Paso la siguiente media hora jugando con él alrededor de todo el estudio.
Hoy mi prima favorita me envía un correo electrónico avisándome que llega de viaje en una semana y que se hospedará en mi departamento. ¡Mi prima es lo máximo! Siempre tiene alguna frase en doble sentido que me saque alguna carcajada, siempre sabe hacerme reír, siempre sabe hacerme sentir mejor. Mi prima es –en resumen- un cague de risa. Por eso es que es mi prima favorita.
Hoy no me pudo ir mejor.
Hoy, simplemente, estoy feliz.
1 comentario:
Asi debes estar siempre: FELIZ!! no hay motivo para q no lo seas... te kiero mucho!
Publicar un comentario